Extensión Contemplativa Internacional
Taller de la Oración de Bienvenida
FOLLETO COMPLETO
El Método de la Oración de Bienvenida
“La acción divina, aunque solo es visible con los ojos de la fe, está en todas partes y siempre presente… no hay un solo momento en que Dios no se presente El mismo bajo el amparo de una pena que debe ser soportada, o alguna consolación que debe ser disfrutada o algún deber que debe ser cumplido. Todo lo que tiene lugar dentro, alrededor y a través de nosotros, contiene y oculta Su acción divina.” Jean-Pierre DeCaussade.
Abandono a la Divina Providencia
La Oración de Bienvenida es una oración de consentimiento que nos capacita para consentir a la presencia y acción de Dios en y a través de las experiencias de la vida diaria. Se convierte en oración por nuestro consentimiento.
La oración es esencialmente relacionarse con Dios. Cuando deseamos unir nuestra voluntad a la voluntad de Dios nuestra relación se va haciendo cada vez mas profunda.
Esta oración sana el falso yo a medida que este va manifestándose en la vida de cada día, (en nuestros deseos, pasiones y reacciones) al consentir a la presencia y acción de Dios en el momento. La Oración de Bienvenida sana las heridas de toda una vida, al dirigirse a ellas allí donde están almacenadas en el cuerpo.
El cuerpo es el almacén del inconsciente; es el recipiente del material emocional de toda una vida que ha sido reprimido o ha quedado sin resolver.
La Oración de Bienvenida complementa el movimiento del Espíritu en la Oración Centrante.
Los Tres Movimientos de la Oración de Bienvenida
Los tres movimientos son:
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Enfoca, siente y sumérgete
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Bienvenido
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Dejar Ir
La Práctica:
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Enfoca, siente y sumérgete en el sentimiento, la emoción, la sensación, el pensamiento y el comentario en tu cuerpo.
Enfocar es notar, observar, prestar una atención especial a un sentimiento en particular, emoción, sensación corporal,
pensamiento, comentario.
Sentir, lo que está sucediendo en tu cuerpo.
Sumergirte sin resistir el sentimiento, la emoción, la sensación corporal, el pensamiento, el comentario. Simplemente
experimentar la energía.
Usando tu ojo intuitivo, muévete lentamente a través de tu cuerpo, escudriñando, explorando. Cuando te hagas
consciente de algún sentimiento, emoción, sensación corporal, pensamiento o comentario, detente, enfoca, siente y sumérgete. Siempre alerta a cualquier incomodidad en tu cuerpo, una sensación de calor, frío, picazón, tensión,
hormigueo o dolor.
Todos los sentimientos que percibas, ya sean positivos o negativos son bienvenidos. Una vez que nos hacemos presentes a estas sensaciones ellas pueden intensificarse, disolverse o cambiar. Simplemente debemos seguir su movimiento.
El cuerpo desde el tope de la cabeza hasta la punta de los pies es un almacén del inconsciente. Todas nuestras experiencias son llevadas en cada célula de nuestro cuerpo e impresas en el inconsciente. El primer movimiento de la oración nos ayuda a tener acceso al inconsciente a través del cuerpo, en el momento.
2. Bienvenido, es la palabra sagrada, el símbolo de nuestra intención y consentimiento a la presencia y acción al Espíritu
que habita en nosotros, el Terapeuta Divino.
Bienvenido es abrazar lo que encontramos que está sucediendo dentro de nosotros. El decir la palabra “bienvenido” interiormente es la acción de abrazar al Espíritu que nos habita y que por fe sabemos que está siempre presente, en y a través del sentimiento, emoción, sensación corporal, pensamiento o comentario.
La intención es el deseo de la voluntad, y el consentimiento es la acción de la voluntad que manifiesta la intención.
3. Dejar ir, lo siguiente es decir las frases para “dejar ir”.
Dejo ir el deseo de seguridad, afecto y control.
Abrazo este momento tal y como es.